sábado, 8 de noviembre de 2014

EL PAPA FRANCISCO Y EL SÍNODO DE LOS OBISPOS SOBRE LA FAMILIA



EL PAPA FRANCISCO Y EL SÍNODO
DE LOS OBISPOS SOBRE LA FAMILIA

Artículo escrito por el Pbro. Fabricio Calderón, Párroco de la Comunidad de san Juan Diego, en Ciudad del Carmen, Cam., Diócesis de Campeche.

El pasado domingo 5 de octubre, en la basílica de San Pedro, el Papa Francisco celebró la misa de Apertura del Sínodo de los Obispos, que se realiza desde aquel día y hasta el próximo domingo 19 de octubre, con la finalidad de analizar «Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización».

En aquella misa, el Papa Francisco hizo una emotiva homilía que podemos presentar en 12 ideas claves, las cuales presento a continuación.

1.- La viña del Señor es su «sueño». Tanto la primera lectura tomada del Libro del profeta Isaías, como el Evangelio emplean la imagen de la viña del Señor. La viña del Señor es su «sueño», es su proyecto, por eso Él la cultiva con todo su amor, como un campesino cuida su viña. Además, la vid es una planta que requiere muchos cuidados.

2.- El «sueño» de Dios es su pueblo. Él lo ha plantado y lo cultiva con amor paciente y fiel, para que se convierta en un pueblo santo, un pueblo que dé muchos frutos buenos de justicia.

Lo cierto es que tanto en el texto del profeta Isaías, como en la parábola de Jesús, en el Evangelio, este sueño de Dios queda frustrado. Isaías dice que la viña, tan amada y cuidada, en vez de uva dulce y generosa, «dio uvas amargas»; Dios «esperaba derecho, y ahí tienen: asesinatos; esperaba justicia, y ahí tienen: lamentos». En el Evangelio, en cambio, son los labradores quienes desbaratan el plan del Señor: no hacen su trabajo, sino que piensan en sus propios intereses.

3.- Con su parábola, Jesús se dirige a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, es decir, Jesús se dirige a los «sabios», a la clase dirigente. A ellos ha encomendado Dios de manera especial su «sueño», es decir, su pueblo, para que lo cultiven, se cuiden de él, lo protejan de los animales salvajes. La tarea de los jefes del pueblo es éste: cultivar la viña con libertad, creatividad y laboriosidad.

4.- Jesús dice que aquellos labradores se apoderaron de la viña. Por su codicia y soberbia, los labradores quieren disponer de ella como quieran, quitando así a Dios la posibilidad de realizar su sueño sobre el pueblo que se ha elegido.

5.- La tentación de la codicia siempre está presente. También la encontramos en la gran profecía de Ezequiel sobre los pastores, comentada por san Agustín en su célebre discurso que acabamos de leer en la Liturgia de las Horas.

6.- La codicia del dinero y del poder. Para satisfacer esta codicia, los malos pastores cargan sobre los hombros de las personas fardos insoportables, que ellos mismos ni siquiera tocan con un dedo.

7.- El Sínodo de los Obispos, oportunidad para trabajar por la viña del Señor. También nosotros estamos llamados en el Sínodo de los Obispos a trabajar por la viña del Señor. Las Asambleas sinodales no sirven para discutir ideas brillantes y originales, o para ver quién es más inteligente… Sirven para cultivar y guardar mejor la viña del Señor, para cooperar en su sueño, su proyecto de amor por su pueblo.

8.- El Señor pide que cuidemos de la familia. En este caso, el Señor nos pide que cuidemos de la familia, que desde los orígenes es parte integral de su designio de amor por la humanidad.

9.- Podemos tener la tentación de «apoderarnos» de la viña. Somos todos pecadores y también nosotros podemos tener la tentación de «apoderarnos» de la viña, a causa de la codicia que nunca falta en nosotros, seres humanos. El sueño de Dios siempre se enfrenta con la hipocresía de algunos servidores suyos.

10.- También nosotros podemos «frustrar» el sueño de Dios. Si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, también nosotros podemos «frustrar» el sueño de Dios. El Espíritu nos da esa sabiduría que va más allá de la ciencia, para trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad.

11.- Para cultivar bien la viña es necesario que nuestro corazón esté custodiados por Jesucristo. Para cultivar y guardar bien la viña, es preciso que nuestro corazón y nuestra mente estén custodiados en Jesucristo por la «paz de Dios, que supera todo juicio», como dice san Pablo.

12.- El sueño de Dios: formar un pueblo santo que le pertenezca y que produzca los frutos del Reino de Dios. De este modo, nuestros pensamientos y nuestros proyectos serán conformes al sueño de Dios: formar un pueblo santo que le pertenezca y que produzca los frutos del Reino de Dios.

Al día, siguiente, el lunes 6 de Octubre, tuvo lugar la primera reunión general del Sínodo, que abrió sus trabajos con las palabras del Papa Francisco. En este breve mensaje, el Papa expresó claramente la metodología a seguir en este Sínodo: Hablar con franqueza y escuchar con humildad.

«Les pido por favor, estas actitudes de hermanos en el Señor: hablar con franqueza y escuchar con humildad… Con estas dos actitudes se ejercita la sinodalidad».

Continuemos orando por el Sínodo de los Obispos.

¡Sagrada Familia de Nazaret, ruega por nosotros!






No hay comentarios.:

Publicar un comentario