EL PAPA
FRANCISCO Y EL SÍNODO
DE LOS
OBISPOS SOBRE LA FAMILIA
Artículo escrito por el Pbro. Fabricio Calderón, Párroco
de la Comunidad de san Juan Diego, en Ciudad del Carmen, Cam., Diócesis de Campeche.
El pasado domingo 5 de octubre, en la basílica de San Pedro, el Papa
Francisco celebró la misa de Apertura del Sínodo de los Obispos, que se realiza
desde aquel día y hasta el próximo domingo 19 de octubre, con la finalidad de
analizar «Los desafíos pastorales de
la familia en el contexto de la evangelización».
En aquella misa, el Papa Francisco hizo una emotiva homilía que podemos presentar en 12 ideas claves, las cuales presento a continuación.
1.-
La viña del Señor es su «sueño». Tanto
la primera lectura tomada del Libro del profeta
Isaías, como el Evangelio emplean la imagen de la viña del Señor. La viña del
Señor es su «sueño», es su proyecto, por eso Él la cultiva con todo su amor,
como un campesino cuida su viña. Además, la vid es una planta que requiere
muchos cuidados.
2.-
El «sueño» de Dios es su pueblo. Él
lo ha plantado y lo cultiva con amor paciente y fiel, para que se convierta en
un pueblo santo, un pueblo que dé muchos frutos buenos de justicia.
Lo cierto es que
tanto en el texto del profeta Isaías, como en la parábola de Jesús, en el
Evangelio, este sueño de Dios queda frustrado. Isaías dice que la viña, tan
amada y cuidada, en vez de uva dulce y generosa, «dio uvas amargas»; Dios
«esperaba derecho, y ahí tienen: asesinatos; esperaba justicia, y ahí tienen:
lamentos». En el Evangelio, en cambio, son los labradores quienes desbaratan el
plan del Señor: no hacen su trabajo, sino que piensan en sus propios intereses.
3.-
Con su parábola, Jesús se dirige a los
jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, es decir, Jesús se
dirige a los «sabios», a la clase dirigente. A ellos ha encomendado Dios de
manera especial su «sueño», es decir, su pueblo, para que lo cultiven, se
cuiden de él, lo protejan de los animales salvajes. La tarea de los jefes del
pueblo es éste: cultivar la viña con libertad, creatividad y laboriosidad.
4.-
Jesús dice que aquellos labradores se
apoderaron de la viña. Por su codicia y soberbia, los labradores quieren
disponer de ella como quieran, quitando así a Dios la posibilidad de realizar
su sueño sobre el pueblo que se ha elegido.
5.-
La tentación de la codicia siempre está
presente. También la encontramos en la gran profecía de Ezequiel sobre los
pastores, comentada por san Agustín en su célebre discurso que acabamos de leer
en la Liturgia de las Horas.
6.-
La codicia del dinero y del poder. Para
satisfacer esta codicia, los malos pastores cargan sobre los hombros de las
personas fardos insoportables, que ellos mismos ni siquiera tocan con un dedo.
7.-
El Sínodo de los Obispos, oportunidad
para trabajar por la viña del Señor. También nosotros estamos llamados en
el Sínodo de los Obispos a trabajar por la viña del Señor. Las Asambleas
sinodales no sirven para discutir ideas brillantes y originales, o para ver
quién es más inteligente… Sirven para cultivar y guardar mejor la viña del
Señor, para cooperar en su sueño, su proyecto de amor por su pueblo.
8.-
El Señor pide que cuidemos de la
familia. En este caso, el Señor nos pide que cuidemos de la familia, que
desde los orígenes es parte integral de su designio de amor por la humanidad.
9.-
Podemos tener la tentación de
«apoderarnos» de la viña. Somos todos pecadores y también nosotros podemos
tener la tentación de «apoderarnos» de la viña, a causa de la codicia que nunca
falta en nosotros, seres humanos. El sueño de Dios siempre se enfrenta con la
hipocresía de algunos servidores suyos.
10.-
También nosotros podemos «frustrar» el
sueño de Dios. Si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, también
nosotros podemos «frustrar» el sueño de Dios. El Espíritu nos da esa sabiduría
que va más allá de la ciencia, para trabajar generosamente con verdadera
libertad y humilde creatividad.
11.-
Para cultivar bien la viña es necesario
que nuestro corazón esté custodiados por Jesucristo. Para cultivar y
guardar bien la viña, es preciso que nuestro corazón y nuestra mente estén
custodiados en Jesucristo por la «paz de Dios, que supera todo juicio», como
dice san Pablo.
12.-
El sueño de Dios: formar un pueblo santo
que le pertenezca y que produzca los frutos del Reino de Dios. De este
modo, nuestros pensamientos y nuestros proyectos serán conformes al sueño de
Dios: formar un pueblo santo que le pertenezca y que produzca los frutos del
Reino de Dios.
Al
día, siguiente, el lunes 6 de Octubre, tuvo lugar la primera reunión general
del Sínodo, que abrió sus trabajos con las palabras del Papa Francisco. En este
breve mensaje, el Papa expresó claramente la metodología a seguir en este
Sínodo: Hablar con franqueza y escuchar con humildad.
«Les pido por
favor, estas actitudes de hermanos en el Señor: hablar con franqueza y escuchar
con humildad… Con estas dos
actitudes se ejercita la sinodalidad».
Continuemos orando por el
Sínodo de los Obispos.
¡Sagrada Familia de Nazaret, ruega por nosotros!

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