DÍA INTERNACIONAL DE
LA BENEFICENCIA
La Asamblea General de la O.N.U., «profundamente preocupada
por la persistencia de la pobreza en todos los países del mundo, en particular
en los países en desarrollo, independientemente de su situación económica,
social y cultural», y reconociendo que la beneficencia puede aliviar los peores
efectos de las crisis humanitarias, complementar los servicios públicos de
atención de la salud, la educación, la vivienda y la protección de la infancia,
decide crear el Día Internacional de la Beneficencia.
Así, evocando el papel de la caridad a
la hora de mitigar el sufrimiento humano, «afirmando
que la beneficencia puede contribuir a la
promoción del diálogo entre personas de diferentes civilizaciones, culturas y
religiones, así como de la solidaridad y la comprensión mutua», y «reconociendo los
esfuerzos de las organizaciones de beneficencia y de particulares, incluida la
labor de la Madre Teresa», la Asamblea General de las Naciones Unidas,
en su 58ª sesión plenaria
del 17 de diciembre de 2012, decide designar el 5 de septiembre,
aniversario de la muerte de la Madre Teresa de Calcuta, Día Internacional de la
Beneficencia.
En
este Día Internacional de la Beneficencia, las Naciones Unidas invitan «a todos
los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y
las demás organizaciones internacionales y regionales, así como a la sociedad
civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales y los particulares, a
celebrar de manera adecuada el Día Internacional de la Beneficencia, alentándola mediante actividades educativas y de
concienciación».
Hoy, Día Internacional de la Beneficencia,
decretado por la ONU en honor a la beata Teresa de Calcuta, en la Iglesia celebramos
su memoria litúrgica.
Nacida en Albania en 1910, dio su “si”
a Dios cuando en 1946, Él le pidió: «Deseo religiosas indias, Misioneras de la
Caridad, que sean mi fuego de amor entre los más pobres, los enfermos, los
moribundos, los niños de la calle».
Así, en 1948 nacieron las Misioneras
de la Caridad, que se han extendido a los 5 continentes, contando con miles de miembros en 123 países. Luego surgieron los
Hermanos Misioneros de la Caridad, la rama contemplativa de las Hermanas, los
Hermanos Contemplativos, los Padres Misioneros de la Caridad, los Colaboradores
de Madre Teresa, los Colaboradores Enfermos y Sufrientes y el Movimiento
Sacerdotal Corpus Christi.
Tras recibir numerosos reconocimientos,
como el Premio Nobel de la Paz en 1979, Madre Teresa fue llamada a la Casa de
nuestro buen Padre-Dios el 5 de septiembre de 1997. Al proclamarla beata en
2003, san Juan Pablo II dijo que ella nos enseñó el valor de las cosas
sencillas hechas con amor.
En un mensaje a los jóvenes mexicanos,
la beata Teresa de Calcuta nos dejó estas palabras: «Amémonos el uno al otro…
De esta forma, podremos sobreponernos a todo el mal que existe en el mundo… con
nuestra oración, nuestro sacrificio, podemos hacer algo… empezando en casa».
¡Hagámosle caso!

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